miércoles, 19 de enero de 2011

Sexualidad



Por: Laura Martínez Domínguez

La mujer piensa que su cuerpo debería de tener salida de emergencia, es totalmente injusto tener que permanecer dentro de aquel que no reconoce. Es interrumpida por el gato, el cual salta al diván con Martha Lamas enredada en una oreja y las patitas mas húmedas que de costumbre.

La mujer se pregunta el porqué de la aparición de Martha Lamas, y esta habla algo sobre sexualidad, sobre cuerpos culturizados, la mujer la calla un segundo; el libro rosado ha aparecido pero la palabra guarda silencio dentro de él. Busca el libro de pastas duramente azules y este simplemente le contesta que hay cosas que carecen de completa relevancia jurídica.

El gato juega con Martha Lamas, en tanto que el reloj trata de no contradecir a la exactitud marcando un segundo pronunciadamente puntual y la araña observa como la nueva palabra aparecida en el diván desconcierta a la mujer hasta límites inimaginables.

La mujer mientras tanto retoma a Martha Lamas liberándola del juego impío del gato y esta le dice que el cuerpo simbólico es social, cultural e históricamente específico, comparte un lenguaje y asume los habitus y los discursos comunes: medico, educativo, jurídico. El gato pide su ración de filosofía y la mujer le advierte que en esta ocasión tendrá que esperar… vuelve al cuerpo al que se define por el dedo que te recorre… Martha Lamas ajena a sus divagaciones, continua y dice que el cuerpo imaginario de un sujeto se construye tomando la diferencia anatómica como punto de partida.

De pronto y teniendo un momento disparatadamente absurdo y abstracto aparece y llega el psicoanálisis explorando la forma como cada sujeto elabora en su inconsciente la diferencia sexual y como a partir de esa operación se posiciona su deseo sexual y su asunción de la feminidad y masculinidad. La mujer le ofrece al gato un poco de teoría psicoanalítica quien ofrece el recuento más complejo y detallado de la constitución de la subjetividad y la sexualidad, así como del proceso mediante el cual el sujeto resiste o se somete al código cultural. El gato mira su tazón con un mohín y empieza a sentir como la miseria se apodera de él.

El momento abstractamente absurdo continua, dado que el psicoanálisis piensa al sujeto como ser sexuado y hablante, que se constituye a partir de cómo imagina la diferencia sexual, y sus consecuencias se expresan también en la forma en que se aceptan o rechazan los atributos y prescripciones del genero.

El reloj termina con los momentos abstractos marcando una hora más, en la cual aparece Freud diciendo que el ser humano es básicamente un ser sexual, y que su libido tiene una calidad indiferenciada.

La mujer despide a Martha Lamas, el gato deja intacto su tazón y el reloj marca aquella hora que se suspende en un minuto más.


Este sábado 22 de enero tienen una cita de tarde de FiloCafé, en punto de las 6:00 pm en el cairo café, ubicado en División del Norte # 504-c.