Se presentan en el ser dos vertientes del conocimiento, Doxa y Episteme, Doxa representa la parte sensible o sensitiva susceptible a la fé y la entrega. Episteme denota la parte del conocimiento racional y crítico que engendra a la filosofía.
Al hablar del absoluto y la dialéctica entre dos entes, se pone a consideración la relación que mayor controversia a provocado en la humanidad a través de la historia, la relación entre el Individuo y Dios. Sobre esta búsqueda versó la sesión del filocafé del sábado 20 de noviembre, particularmente desde los enfoques filosóficos, místicos, metafísicos y religiosos.
Estas cuatro áreas llevan al conocimiento de Dios pero lo hacen por caminos diversos, sobre todo parten de una concepción diferente de lo divino; aunque pueden presentar cierta interrelación entre áreas, como es el caso de los sacerdotes místicos por ejemplo Ignacio Larrañaga o bien sacerdotes filósofos como ha sido el caso de los dos últimos Papas Juan Pablo II y Benedicto XII, ambos han escrito encíclicas sobre fe y filosofía.
Las cuatro áreas pretenden llegar a la verdad, podríamos integrarla en dos tipos, la verdad revelada en la metafísica y religión y la verdad encontrada con investigación por la mística y filosofía. En función de su experiencia de Dios podemos dividirlas en dos grupos, experiencia intelectual en metafísica y filosofía y experiencia sensible de la mística y la religión. En función de la concepción de Dios que cada una de estás áreas pretende podemos enmarcar su campo de estudio.
Religión. Concibe a Dios como un padre bueno, protector, misericorde, amoroso y todo poderoso, siempre al pendiente de los seres humanos de quien se espera obediencia y alabanza.
La palabra religión que deriva del latín religare se enfoca en la relación existente o posible entre Dios y el individuo; sin embargo contempla otro factor de relación, que es la práctica en comunidad y el sentido de pertenencia. El hombre en busca de Dios, parte de dos hechos concretos existe y morirá, pero necesita dar un sentido al punto intermedio entre estos dos hechos, necesita la certeza de un absoluto para determinar este sentido, esta certeza se encuentra en la fé.
Sin embargo la religión no da cabal respuesta a la necesidad de encontrar el sentido de mi mismo (el yo), ya que ve como necedad las preguntas sustanciales que llevan al descubrimiento, planteamiento y conformación de ese yo, la filosofía por su parte invita al cuestionamiento y posiblita las respuestas a dicho planteamiento.
Filosofía y religión siempre han existido en una dinámica cíclica que responde a dos necesidades sustanciales del individuo: la necesidad de creer y obtener certeza en la fé por parte de la religión y la necesidad de ser, descubrir, cuestionar y crecer por la filosofía. Se presenta dentro del individuo una trinidad similar a la expuesta por el cristianismo, con la necesidad de atender su entelequia (mente), sus sentimientos y su realidad.
Producto de todo lo anterior se plantean dos posibles posturas del individuo: se deniega con bases sólidas dentro del conocimiento y análisis determinada creencia religiosa, o bien, se genera una dinámica de fé racional y sustentada en el conocimiento.
Mística. La mística concibe a dios como una entidad etérea superior con la que es posible establecer una comunicación mediante una relación sensible para acceder directamente a la realidad y la verdad a través de la experiencia vivencial.
Metafísica. Entiende a dios como una fuerza cósmica superior, susceptible de ser conocida e incluso de generar interacción con ella a través de determinadas disciplinas y dinámicas.
Producto de todo lo anterior se plantean dos posibles posturas del individuo: se deniega con bases sólidas dentro del conocimiento y análisis determinada creencia religiosa, o bien, se genera una dinámica de fé racional y sustentada en el conocimiento.
Mística. La mística concibe a dios como una entidad etérea superior con la que es posible establecer una comunicación mediante una relación sensible para acceder directamente a la realidad y la verdad a través de la experiencia vivencial.
Metafísica. Entiende a dios como una fuerza cósmica superior, susceptible de ser conocida e incluso de generar interacción con ella a través de determinadas disciplinas y dinámicas.