Por: David Hernández
Caminaba en altas horas por la calle, había dejado dicho en la casa que iría a la tienda de la esquina, pero al llegar se dio cuenta que ya habían cerrado, luego de 5 segundos de indecisión, se encaminó al supercito que quedaba unas cuadras más arriba, quedaba pasando la “lomita”, de esos nombres raros que le damos a las pequeñas imperfecciones geográficas de las colonias.
Cuando había comenzado su camino al supercito, se dio cuenta de que un señor había dado la vuelta por la calle de su derecha, yendo en dirección a él, pero no tuvo cuidado, a esas horas ya no se preocupaba por lo demás sino por volver lo más rápido posible a su casa, así que se fue directamente a su destino. Llegando a la cima de la “lomita” giró un poco la cabeza, solamente hasta donde pudo apreciar que aquél individuo que había visto, aún lo seguía. En su desesperación apuró el paso, llegando a caer al suelo luego de una banqueta que nunca vio acabar, pero siquiera eso lo detuvo, su caminar sólo tenía una meta: el supercito donde había más gente y luz, donde podría pedir ayuda si fuera requerida, donde podría abrazar a alguien para sentir esa seguridad de estar acompañado, estando en el suelo voltio hacia atrás, el hombre seguía sus pasos! Apenas si lo vio cuando ya estaba en pie de nuevo, su paso rápido ya era un trotar, pero uno torpe, sus pasos dirigidos al supercito eran automáticos mientras que sus ojos brincaban entre la banqueta, sus pies y el individuos siguiéndole más de cerca cada vez, a cada paso se sentía más cerca de su meta, más cerca de su seguridad, faltaban 20 metros, y el tipo ya pisándole los talones, 10 metros, y hasta sentía su respiración, 5 metros y una pesada mano cayó sobre su hombro, no pudo gritar, ya no pudo correr más, no pudo siquiera escuchar el bombeo de su corazón, el final era inevitable, esa fría y enorme mano sobre su hombro derecho lo había matado sin siquiera haberle hecho herida alguna, a lo cual se dejó escuchar una voz tranquila, serena, casi angelical para ese momento:
-Juan! Acaso no me viste venir, te venía hablando!
-Ho…ho…hola Mario, venía pensando otras cosas…
-Juan! Acaso no me viste venir, te venía hablando!
-Ho…ho…hola Mario, venía pensando otras cosas…
Este sábado 16 de Julio te esperamosa las 18:00 horas para abordar el tema de Neurosis y Psicosis en el filocafé, muchos otros temas se deribarán de este, no faltes. Nos encontramos ubicados en el Cairo Café, Av. División del Norte 540-C.