miércoles, 21 de octubre de 2009

Sócrates y los Sofistas.





Por: Laura Martínez Domínguez.

Siglo V a.C. la democrática Atenas esta en su cumbre, se gobierna así misma en asamblea ciudadana, cualquier varón adulto puede ser electo para cualquier posición, incluso Pericles ha introducido el pago a los jurados para que los pobres pudieran ocupar esos puestos.
Mientras tanto se vive una atmósfera artística y ves como Ictinus y Calícrates diseñan y construyen el Partenón, Fidias se entretiene esculpiendo frisos, Píndaro escribe odas, se ponen en escena a Antígona y Edipo Rey; en fin, Atenas esta en la cumbre, hasta el punto de que otras ciudades griegas tratan de imitar la vida ateniense.
En una ciudad como esta los ciudadanos no sólo tenían el derecho a hablar en la asamblea, sino que para ellos era un deber discutir, escuchar y decidir. Para ello se debía dominar la palabra, para defender derechos propios y ajenos, para dirigir el destino de la Polis convenciendo a los demás ciudadanos de tomar determinadas decisiones.
Así y bajo esta atmosfera, los Sofistas se volvieron profesionales de la enseñanza de hablar en publico y de persuadir, a tal grado que cobraban por sus enseñanzas. Los sofistas entendían al lenguaje como poder, y saber hablar bien era el medio de alcanzar el poder o destacar entre los ciudadanos. El secreto de los sophistes era simular que sabían de todo, sin buscar llegar a la verdad, sino la autoridad que te da el aparentar saber.
Sócrates también vivió en esta época, contemporáneo a los sofistas, es absolutamente todo lo contrario, no intervenía en la política, no se declaró maestro de nadie, afirmando que la sabiduría se adquiere en el intercambio vivo de la conversación, haciéndose preguntas y buscando juntos respuestas, y lo que es mejor nunca cobró por sus enseñanzas.
Sócrates consideraba que saber equivale a ser bueno, ya que la nitidez intelectual coincide con la rectitud ética, así la verdadera sabiduría consiste en remontarse desde las cosas bellas, buenas, justas, hasta la belleza, la bondad y la justicia, es decir, en llegar a la esencia de esas cosas, a la definición universal. Sosteniendo frente a los sofistas que la virtud es la perfección del espíritu hasta el máximo y no el logro de honores, de dinero y de poder.

Lo anterior es sólo para ponerlos en el contexto de la situación que propició el debate que tendremos esta semana en el Café Filosófico, es decir, Sócrates y los Sofistas, dado que hay corrientes que se inclinan a decir que Sócrates era sofista y otras que lo niegan fervientemente se decidió someterlo a debate; por lo que esperamos contar con su presencia este sábado 24 de Octubre de 2009 en el Cairo Café ubicado en División del Norte #504-c en punto de las 6:00 pm, para que junto con nosotros aprendas, discutas, dialogues y debatas , porque recuerda que la filosofía es para todos.