martes, 1 de junio de 2010
La Mística
Por: Laura Martínez Domínguez.
El correo es un suceso extraordinario que sucede cada vez alguien se da el largo tiempo para ir a las oficinas postales y decide lamer las 9 estampillas reglamentarias para una sencilla misiva.
Hoy el correo llegó. Toda la casa está conmocionada, casi podríamos decir que están a punto de tener una experiencia mística, sí, de esas que aspiran a llevar a cabo la unión del alma con la divinidad.
El gato, ahora que el cerdo no ha aparecido, come tranquilamente neoplatónicos, la mujer los compró porque en la caja decía: Actividad que produce el contacto del alma individual con el principio divino, le sonó místico y dedujo que el gato estaría encantado, después de todo se siente poderosamente divino.
Pero volvamos a la sencilla misiva con las 9 estampillas lamidas en su sobre incoloro; no tenía remitente, llegó de la nada hacia el lugar que fácilmente podría ser el “no lugar”, dentro del sobre una pequeña y rugosa tarjeta enuncia lo siguiente “Aquello de que no se puede hablar, hay que silenciarlo” no hay firma tampoco, la mujer cree recordar haberlo oído alguna vez del personaje salido de sus sueños, pero ese hombre habla demasiado es difícil seguirle el paso.
La araña habitante de un reloj olvidadizo, aun duerme, por lo que no alcanza a oír cuando el reloj marca las 10, cuando el gato maúlla satisfecho de neoplatónicos, y mucho menos cuando Jean Baruzi explica acaloradamente que debe distinguir entre la mística y el pensamiento místico, dado que la primera no tiene historia, consiste en actos de trascendencia que por su propia naturaleza son transhistóricos, en tanto que el segundo simplemente pertenece a la historia.
La mujer aun con la tarjeta en las manos toma asiento deseando fervientemente tener un proceso intuitivo intelectual o por lo menos ser San Juan de La Cruz y entender a cabalidad la frase que alguien tuvo la osadía de enviarle, pero en definitiva nunca lograría ser el autor de la Noche Obscura.
Ortega y Gasset –la mujer se pregunta de donde salió, dado que no tiene sitio en la pared- le dice que busque en la teología, porque cualquiera de ella parece transmitirnos mucha más cantidad de Dios, más atisbos y nociones de la divinidad, que todos los éxtasis juntos de todos los místicos juntos.
La palabra mística un ronda por la habitación, ¿Será acaso que la frase es la respuesta? ¿Qué la misticidad es aquello que no podemos decir, que no podemos expresar en un lenguaje humano?
Al reloj le desesperan las campanadas de la iglesia, no le permiten hacer su trabajo, la araña aun duerme, el gato también. La mujer aun conserva la tarjeta entre sus manos.
Éste Sábado 05 de Junio en el tradicional FiloCafé hablaremos acerca de la mística, así que esperamos tu asistencia para que dialogues, debatas y aprendas con nosotros en punto de las 6:00 pm en el Cairo Café Ubicado en División del Norte # 504-c.