Alzó la mirada al cielo; un cielo nublado que miraba triste. El hombre observaba con la esperanza de encontrar algo. No había necesitad por preguntarse el oficio del hombre con traje parado a mitad de la calle, a horas en que las labores se suspenden y tanto hombres como mujeres mantienen un encuentro cercano con la gastronomía, donde el tráfico comenzaba a detenerse y muchos otros logrando esquivar al hombre. Pero este hombre olvidó ese encuentro, hace media hora su transporte público no lo había recogido como siempre, olvidó, o sencillamente adormeció su conciencia mecánica de cada día y pensó. Una joven deportista, que transitaba a velocidad de carrera se detuvo a un lado del hombre:
-¿Se encuentra usted bien, señor?, ¿necesita ayuda? - No. Respondió en estado seguro y contemplativo el hombre entrevistado sin apartar la vista de su objetivo: - Pero señor, no es normal estar parado a mitad de la calle mirando el cielo.
- Y ¿qué lo es?, ¿qué es normal, señorita?, acaso ¿hago daño a alguien mirando el cielo?
- Pues no, pero no es normal, usted no está bien, no debe mirar el cielo.
- Pero ¿por qué? - Por que la gente no hace eso, no es normal, nadie mira al cielo.
- ¿Por qué?, ¿Hay algo malo haya arriba que no deba mirar? Explique, ¡por qué no debo mirar el cielo!
- Por que no hay nada haya arriba señor, mire, solo hay nubes y aire, y eso, no hay nada, usted esta poniendo su vida en peligro al mirar el cielo, entienda lo van a matar, quítese de aquí vea su cielo en otra parte, váyase, mire le esta causando daño a esta gente que va a su trabajo, no los deja avanzar con sus coches señor, lo van a matar, por favor.
- Acaso ¿usted teme por mi vida? -Si señor, por favor ya deje de mirar el cielo.
- ¿Usted teme por mi vida y no mira el cielo?, ¿teme por mi salvación y no se preocupa por el cielo?, me dice que he de morir ¿y me aparta del lugar donde quizá encuentre respuestas?, yo busco a Dios señorita, yo quiero saber dónde habita, dónde queda su casa, quiero saber dónde está por qué en este mundo nunca lo he encontrado y nadie sabe decirme para dónde se ha ido, ¿nunca se a preguntado dónde habita Dios?
Ante la respuesta del hombre, la joven continúo su carrera y dejó al hombre mirando el cielo.Los autos siguieron avanzando y esquivando al hombre que seguía mirando el cielo.
Llegó la noche, las luces de neón se difuminaron y las estrellas comenzaron a brillar, entonces el hombre que miraba el cielo exclamó tras largo silencio:
- ¿Ya te estarás por ir a dormir?, ¿he Dios?
La trascendencia y todos los temas relacionados con este, siempre causan controversia e incluso inconformidad, sin embargo, Cairo Café te espera este sábado 2 de Abril, para trascender en la apatía y antípatia, dialogando de todos los temas que te interesan. Te esperamos, asiste al Café Filosófico, todos los sábados a las 18:00 horas en el Cairo, Av. División del Norte 540 –C