Un hombre en busca de armonía encontró...
Por: Zully Zambrano
Mi mente oscila entre la anemia espiritual y la convalecencia social, la enajenación ante los hechos naturales desde el más mínimo y espontáneo, hasta el más estupendo y planeado acto circense de la vida, lo natural, lo nuestro.
Me perdí entre palabras hiladas en oraciones, con tono imperativo que demandan actuar ipso facto la compra, la demanda, la inmediatez. Y estoy lento, casi contracorriente en un torrente de comercial, efusivo, me pierdo con facilidad, trato de esconderme tras las palabras que encontré entre revistas, pero fui descubierto por la burguesía, las letras eran demasiado transparentes, vacías, no eran de papel, pero sí se las llevó el viento y se me escurrieron entre las hebras del cabello, escupiéndome la raíz de las ideas.
No encontraba mi lugar, mi espacio, mi terreno; ni libros, ni poesía, tampoco era la televisión, el radio o las revistas mi señal divina que determinara el sendo de mi trayectoria hacia el precipicio o la gloria. Me encuentro tan fuera de mi mismo y tan lejano de todo, extraído de las enaguas del mundo.
Busqué y juro que busqué la armonía en el caótico cosmos de la superficie terrestre, adopté la figura de un reptil para escarbar en la corteza de los hombres, me sentí gusano, enlodándome de sentimientos y terminé perro, sin hueso ni dueño, sólo, anémico de espíritu.
Y llegó a mí, en esta juventud tan vieja y cansada, oxidada y pasada de temporada en cosecha abrazándose de mi, tomándome de las manos, besó mi cabeza y me abrió la mente, dejó visibles las cicatrices de mi ser para que no olvidara lo vivido, para que no sacara la vuelta a las lecciones aprendidas, volviéndome maestro, me sedujo con poesía, me llamó filósofo y Sophía me hizo el amor cada día con su infinita sabiduría, entonces supe que no pertenecía aquí, pertenezco a todo y a la nada, soy sin ser y estoy donde debo estar.
Me perdí entre palabras hiladas en oraciones, con tono imperativo que demandan actuar ipso facto la compra, la demanda, la inmediatez. Y estoy lento, casi contracorriente en un torrente de comercial, efusivo, me pierdo con facilidad, trato de esconderme tras las palabras que encontré entre revistas, pero fui descubierto por la burguesía, las letras eran demasiado transparentes, vacías, no eran de papel, pero sí se las llevó el viento y se me escurrieron entre las hebras del cabello, escupiéndome la raíz de las ideas.
No encontraba mi lugar, mi espacio, mi terreno; ni libros, ni poesía, tampoco era la televisión, el radio o las revistas mi señal divina que determinara el sendo de mi trayectoria hacia el precipicio o la gloria. Me encuentro tan fuera de mi mismo y tan lejano de todo, extraído de las enaguas del mundo.
Busqué y juro que busqué la armonía en el caótico cosmos de la superficie terrestre, adopté la figura de un reptil para escarbar en la corteza de los hombres, me sentí gusano, enlodándome de sentimientos y terminé perro, sin hueso ni dueño, sólo, anémico de espíritu.
Y llegó a mí, en esta juventud tan vieja y cansada, oxidada y pasada de temporada en cosecha abrazándose de mi, tomándome de las manos, besó mi cabeza y me abrió la mente, dejó visibles las cicatrices de mi ser para que no olvidara lo vivido, para que no sacara la vuelta a las lecciones aprendidas, volviéndome maestro, me sedujo con poesía, me llamó filósofo y Sophía me hizo el amor cada día con su infinita sabiduría, entonces supe que no pertenecía aquí, pertenezco a todo y a la nada, soy sin ser y estoy donde debo estar.
Este sábado 25 de Junio te esperamosa las 18:00 horas para compartir tus miedos e inquietudes, dialogaremos sobre la amornía y la filosofía como camino a esta en el filocafé, ubicado en el Cairo Café, Av. División del Norte 540-C. NO FALTES!!