lunes, 17 de enero de 2011

Pertenencia y posesión

Relatoría de Filocafé
Sesión 8 de enero 2011
Relatora: Edeni Rodríguez Rodríguez
Aunque en la cotidianidad suelen usarse como sinónimos pertenencia y posesión encierran perspectivas con diferente enfoque que bien vale la pena prestar atención en una charla de Filocafé.

Pertenencia
La pertenencia presenta una dualidad con vistas en el individuo; la pertenencia como lo que me es propio, es decir, aquello que cuya titularidad es mía en todo su contexto. El otro aspecto es aquello en lo que yo me incluyo y genera un sentido de pertenencia un entorno social o cultural, una forma de pensar, etc.

En ambos sentidos, la pertenencia genera una dinámica del individuo a lo que le es propio y de ello al individuo, producto de una afinidad que deriva en la integración y dialéctica la pertenencia respeta la dignidad del otro.

Posesión
La posesión parte de un interés premeditado sobre un ente determinado es decir posesión con intensión de tiene una característica unidireccional, es decir el objeto de posesión queda supeditado, lo que elimina la posibilidad de interacción entre ambos. La posesión es en esencia sensitiva, surge del deseo e integra diversas pasiones del hombre, estas llevan a la pérdida de la libertad; el deseo de posesión obstaculiza la pérdida de visión objetiva lo de favorece el siguiente camino de esclavismo de las pasiones:

Deseo – posesión – pasiones – enajenación - vicios – esclavitud

Que solo puede romperse a través del conocimiento del propio ser y el desapego al objeto de posesión

La dialéctica entre la pertenencia y la posesión
Ambas concepciones, de pertenencia y de posesión connotan diferentes formar de relación, sin embargo presentan en convinación una importante forma de comprender el contacto con el entorno. La pertenencia marca lo que he es propio o está en mi poder, (cuando se compra algún objeto, este pertenece) la posesión por su parte remite a una acción inmediata.

La vida, por ejemplo, es algo de lo que cada individuo tiene posesión y capacidad de acción, sin embargo no es pertenencia de ninguno. Esto podría generar cierta sensación de falta de responsabilidad sobre el ejercicio cotidiano de esta vida, sin embargo, las acciones faltas de sentido y responsabilidad que en posesión de esa vida se generen repercuten directamente al individuo. Es en este sentido donde debe encontrarse el justo medio de responsabilidad entre posesión y pertenencia.